viernes, 14 de junio de 2013

De siempre me gustaron las manualidades y/o labores, de hecho he tocado "muchos palos", hace años me dió por decorar cajitas de madera y toda mi familia tenía su cajita, je, je, en mi trabajo decoré el lapicero, la cajita de los clicks, etc..., y luego cuando después de 28 años de trabajo me dieron "la patada" mis compañeros se rifaban mi cajita de cliks y mi lapicero, je, je...

También tuve mi momento "punto de cruz", hasta el escudo del Barça le hice a mi hijo Javi, y también cuadros de pajaritos, flores, paisajes, etc… en fin una pinacoteca considerable pero que cuando nos mudamos de casa me dijo mi marido “no se cuelga ni un cuadrito de los tuyos”, pero vamos mis loritos lucen en la cocina magníficamente, y el resto de los cuadros descansan en algún lugar del trastero esperando su momento de volver.

Paralelamente a esto siempre había hecho punto, con más o menos fortuna, porque siempre he sido autodidacta y aprendía fijándome, con mucho tesón y equivocándome muuuuchas veces, pero aprendía.

Bueno, y entre medias de todas estas cosas, algo de macramé, figuritas de escayola (hasta hice un Belén más o menos digno), crochet, y de todo un poco.
Siempre he tenido poco tiempo ya que trabajaba en una Bodega y tengo tres hijos de edades muy dispares con lo cual siempre tenía un crío pegado a la falda, cuando uno se empezaba a emancipar llegaba el siguiente, pero bueno mis hijos me han dado tantas satisfacciones…..
Y llega el momento en que, como decía al principio, me “largan del trabajo”, y al mismo tiempo me dan la vida porque empiezo a tener tiempo para hacer tantas cosas que nunca podía. Mi plan B fue invertir el dinero de la indemnización en hacer unos bungalows en un terreno que teníamos en la playa de El Palmar (Vejer de la Frontera) y alquilarlos. Bueno pues mi plan B ¡¡funciona!! y tengo por delante un verano lleno de reservas y las labores que hasta ahora eran mi ocio están empezando a convertirse en mi negocio, un negocio chiquitito, eso sí, pero gratificante. Hace ya un par de años cuando esta maldita crisis hizo su aparición ya empecé a hacer algunos chales de hilo, lana, algodón, cinta de seda, daba igual el material que me trajeran. Bueno los primeros los regalé pero me entusiasmé cuando veía la aceptación que tenían y si los vendía pues el dinero me venía genial. Este invierno conocí la existencia de un material nuevo llamado Trapillo que está hecho de restos de telas de las fábricas de ropa. Me encantó trabajarlo y aprendí algunas técnicas para hacerlo y comencé a hacer bolsos, cestas, etc… y además cinturones a juego, decoración de chanclas, y en fin estoy abierta a cualquier sugerencia que me pidan.
Y en ello estoy, iré poniendo fotos de los artículos que voy haciendo y se pueden comprar o encargar otros personalizados. Dispongo de muchos colores para elegir. Y bueno, continúo con mis chales, tengo pocas fotos de estos pero a ver si estos días aparco un poco el trapillo y hago algún chal que para el verano son “muy apañaos”.


Bueno, pues iré comentando las novedades que vaya teniendo.

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